martes, 29 de septiembre de 2009

El Creador de Opiniones

Para las RR.PP el hombre es considerado social, persona, socio y fabricantes de opiniones, ya que es esto lo que produce cuando intercambia sus ideas o emite un juicio.

Así como una persona tiene derecho a expresar sus ideas o refutar algo, cada empresa mantiene su poder de información que le es propia. Dando a conocer su política, el rol que cumple, etc. Sino que también contribuye de forma importante al civismo y el buen funcionamiento.

De acuerdo al constante cambio que se viene experimentando, los grupos de presión, las asociaciones, agremiaciones, etc. que se oponen permanentemente a una organización, a sus decisiones, juicios y a sus planes.

Un claro ejemplo es cuando una empresa decide implantar una fábrica en una determinada área, verá inmediatamente un grupo de personas que se hacen pasar de ecologistas y representantes de la zona, que se opondrán a la implantación manifestando que van a contaminar el lugar y perjudicar a la población.

Es aquí donde entra a tallar las relaciones públicas, quien se encargará de proporcionar honestamente y de forma constante a los fabricantes de opinión, el completo conocimiento de los propósitos y beneficios que le generaría la empresa. Dejando de lado el misterio de sus actividades.

Donde es necesario preveer, coordinar y dirigir las acciones de comunicación para establecer y mantener las relaciones de confianza afianzadas en un mejor conocimiento, una mejor comprensión mutua entre los miembros de un grupo entre estos grupos y sus compañeros sociales.
Esta comunicación será en un lenguaje idéntico al que habla la población, para así evitar malos entendidos.

En estos tiempos es importantísimo tener en cuenta las nuevas necesidades del hombre social ya que de él depende la evolución de la empresa y de la sociedad.

Para las relaciones públicas estas necesidades las consideran como una estrategia, técnicas de acción y de comunicación.
El Proyecto de empresa

Toda organización tiene un proyecto, que para poder cumplirlo cabalmente debe ser compartido por el máximo posible de integrantes de la empresa y que a la vez tengan una gran expectativa en poder seguir las vías políticas y los valores necesarios para alcanzarlo.

El proyecto de empresa debe ser dinámico y ambicioso, motivador y coherente, y también razonable y realizable. Basándose en el intercambio y la asociación, en la confianza y la partición de todos, la comunicación en un objetivo común, es decir que exista un clima de confianza, basado en la estima, sin la cual nada sería imposible en una organización.

Es verdad que en un clima de competitividad continua, la empresa no sólo debe moverse constantemente para afrontar las agresiones sino que también absorber las energías de aquellos que la componen y dirigirlos a un entorno común en el proyecto.

El proyecto de empresa, debe ser recibido y adaptado por cada uno de los integrantes de la organización, ya que es la verdadera carta de la empresa para un periodo determinado de la organización, por lo tanto no se debe tomar a la ligera. Este proyecto debe ser duradera ya que el objetivo es a largo plazo. Las cualidades intrínsecas serán el ser aceptable para el grupo, activo y reconocido como legitimo por el entorno.

El proyecto de empresa propone así unos imperativos como: solidaridad, entrega, voluntad, confianza, adaptabilidad, apertura, integridad, etc.

martes, 8 de septiembre de 2009

Una estrategia de la confianza


Como se sabe las relaciones públicas se dirigen al hombre estableciendo su función social, lo mismo sucede con la propaganda, pero el primero tiene una razón de ser, una estrategia y unos objetivos muy diferentes a los de la propaganda.

Las relaciones públicas se dan por un esfuerzo constante en el comportamiento y la información, debiendo mantener una relación de confianza entre la organización y sus diferentes públicos, directa o indirectamente relacionados con algunas funciones de la empresa.

Cada uno de estos públicos ve a la organización desde una perspectiva propia y que causa intereses diferentes.

El público conformado por el personal ve a la organización como un empleador, el público formado por los accionistas la ve como un gerente de capitales. Los clientes la ven como un productor de bienes y servicios. Los demás públicos las ven bajo diferentes ángulos.

Para estos públicos diferentes, la visión de la empresa no es única, ni semejante.

Según el público y la función de la empresa que se vincule, su visión será diferente, obviamente que sus juicios y expectativas serán diferentes.

De acuerdo a los públicos diferentes, se trata de trabajar con ellos y crear condiciones que les permitan implantar el diálogo, que sea de confianza, entre lo hombres dentro de los grupos y entre los grupos en el centro de la sociedad. En base a este intercambio recíproco podemos llegar al conocimiento real, a la comprensión mutua y a la vida armoniosa de la sociedad y el grupo.

Uno de los objetivos de las relaciones públicas es: construir relaciones de confianza no es, pues, minimizar su papel. Es por el contrario, hacer de ellas una función de dirección y gestión y el instrumento esencial del management que basa su eficacia en la adhesión y la participación.

Otra vez podemos ver una de las grandes diferencias entre la publicidad “estrategia del deseo” y las relaciones publicas “estrategia de la confianza”. Provocar el deseo es una cosa, pero obtener la confianza es otra.

En un grupo, en una sociedad humana las relaciones de confianza es una pieza clave en la comunicación, ya que si las relaciones son buenas, el grupo evolucionará favorablemente, en cambio si las comunicaciones son malas, toda la vida económica y social del grupo se estancará.

Entonces podríamos decir que las relaciones de confianza le abren al hombre y al grupo puertas inmensas con mejores posibilidades, que en el camino tendrán que utilizar a la hora de cumplir sus objetivos.

Una empresa no puede vivir ni prosperar en el tiempo sin la confianza, siendo justamente las relaciones públicas la estrategia concreta que permite lograr esta confianza.

Confianza no sólo de sus clientes, si no también de su personal, de sus proveedores, de la administración, de todos aquellos que también dependen de la organización que pueden favorecer o frenar la marcha de esta empresa. Por eso, la confianza es el multiplicador de inversiones más eficaz y también la garantía más segura de la perennidad de la empresa.

Transformar el conjunto de nuestros públicos en socios es uno de los principales objetivos de las relaciones públicas y comenzando por el primer público de la empresa: su personal.

Un concepto inicial: el hombre social

Durante muchos años el hombre no era considerado en su función social. La empresa lo ignoraba, parecía que no tenía ninguna influencia sobre ella. El hombre productor entraba a la empresa u oficina y en la puerta de ingreso dejaba sus atributos de hombre social, es decir, sus reclamos, ideas, opiniones, su derecho a juzgar, a criticar.

Hoy en día las cosas cambiaron, el hombre social ya no se separa del hombre productor. Ahora entra a la oficina, en la empresa, y es él quien guía el comportamiento de este hombre productor, quien lo estimula a la participación activa o pasiva e incluso a la ruptura de la participación.

Si el productor es quien participa del acontecimiento (huelga), siempre es el hombre social quien la declara.

Por ende, el hombre social ejerce sobre el comportamiento del productor y el consumidor y en consecuencia, sobre el destino de la empresa.

El socio

Las relaciones públicas toman al hombre social bajo el ángulo de sus necesidades, lo consideran un socio, es decir un compañero de juego. Por tal motivo la necesidad esencial de un socio es participar.

Es a través de la participación que un hombre puede revelarse y convertirse en sí mismo. De esta participación sincera de todos los miembros depende el éxito de esta empresa.

Para poder participar:

- Es necesario, como deber primario, saber a qué se está jugando y para saberlo hay que manifestarlo, explicarlo claramente y honestamente.
- Es necesario que las bases de este juego sean admitidas y respetadas por el conjunto de los socios.

Pretender la participación es crear las condiciones y las relaciones publicas pueden contribuir de manera decisiva en el seno y entorno de la empresa que hacen:

- Que cada socio se sienta vinculado por el juego de la empresa, ya que conoce las reglas y lo que esta en juego, luego puede situar su participación y comprender en qué le concierne el juego.
- Que se sienta responsable de las cartas que juega ya que dispone de toda la información. Pues tiene que tener la iniciativa suficiente como para contrarrestar los pros y contra en la toma de sus decisiones.
- Que se sienta solidario con aquellos con los que juega, ya que debe tratar a los demás de igual manera como él lo tratan, porque ellos también forman parte del equipo, pues sienten los lazos de interdependencia que existen entre él y ese equipo.Que se sienta considerado por los otros miembros del grupo, pues se le muestra que sus esfuerzos son reconocidos y conozca a su alrededor la confianza que necesita.